No, no me he vuelto loca, y es que quizá os choque en estas fechas más próximas a Semana Santa que a las navidades, que yo venga ofreciendo una receta de este estilo. Lo cierto es que se trata de un turrón blando de mejillones y atún claro, y no de un dulce típico de diciembre, y tan fácil y práctico para improvisar un aperitivo, que cualquier ocasión es buena.
Una receta que me encandiló por su sencillez, con su elaboración a partir de latas de conservas de las que suele haber siempre en la despensa. Tan solo tendréis que tener un poco de paciencia mientras que la mezcla cuaja en la nevera para conseguir un aperitivo vistoso y sobre todo muy rico.