Salmón cajún al horno. Receta

Me parece que el salmón es práctico y muy sabroso. Y aunque admite muchos tipos de preparaciones, no sé porque al final siempre lo acabo cocinando a la plancha. En esta ocasión he querido variar y me he preparado un plato lleno de sabor, salmón cajún al horno, inspirándome en una receta de Donna Hay.

Este condimento cajún, que veréis es muy sabroso, resulta una buenísima opción para dar un punto a las comidas si por ejemplo estáis haciendo dieta, ya que aporta sabor sin apenas añadir calorías.
Ingredientes para cuatro personas

• 1 filete de salmón de 1,2 kg, 1 cucharada de pimentón dulce o paprika, 1 cayena, 2 cucharaditas de cebolla en polvo, 2 cucharaditas de semillas de mostaza, 3 cucharaditas de sal en escamas, 1 cucharadita de pimienta blanca, 1 cucharada de azúcar moreno, 3 dientes de ajo, 1 cucharada de ralladura de limón, 20 g de orégano seco, 2 cucharadas de tomillo fresco picado, 1 cucharada de vinagre de vino, 60 ml de aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer salmón cajún al horno

Comenzaremos precalentando el horno a 220 grados con calor arriba y abajo. Seguidamente en una picadora de cuchillas echamos la cayena, el pimentón, la cebolla en polvo, los granos de mostaza, la pimienta blanca, el azúcar, la sal, el orégano, el tomillo y la ralladura de limón. Trituramos todo bien hasta que se transforme en un polvo grueso.

Agregamos entonces el aceite, el vinagre y los dientes de ajo, volvemos a triturar de nuevo hasta formar una pasta espesa.

Colocamos los lomos de salmón limpios en una fuente de horno engrasada, y los embadurnamos bien con esta pasta cajún por ambas caras. Horneamos durante 15 minutos o hasta que lo veamos a nuestro gusto.

Tiempo de elaboración | 30 minutos
Dificultad | Fácil

Degustación

Este salmón cajún al horno tan especial, es ideal para sorprender a nuestros comensales con un pescado económico y fácil de encontrar en la pescadería, o porqué no, darnos un capricho en nuestro menú diario pues tan solo lleva 30 minutos su preparación. Acompañadlo de unas patatas hervidas y una ensalada verde de rúcula y canónigos para obtener una comida perfecta, pero llena de sabor.

Esther Clemente

Fuente

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